jueves, 14 de agosto de 2014

El ave fenix


Las cortinas se agitaban con la leve brisa del mar lejano, ayá fuera, las olas se estallaban en el acantilado, fue entonces cuando un ser de impactante belleza surcó los aires dejando tras de sí un camino de plumas doradas en el viento.

Huían las aves de aquella misteriosa criatura cuyas escamas relucían con la luz del amanecer.

El espíritu descomunal gritaba al bosque, espantando a los inocentes cervatillos que pastaban en el prado, se elevava rápido con la brisa, atravesaba las nubes y adeantaba a los cisnes.

Misteriosamente, esa criatura desapareció, en una esplosión de colores que inundó el cielo.

Y aquella joven de cabellos dorados abandonó para siempre mi corazón, más tengo la esperanza de que volverá, cual ave fénix

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